6. QUÉDATE EN CASA (MIENTRAS ESTÉ EL SOL)
Cuando no existía el aire acondicionada sabíamos mucho más sobre cómo adaptar nuestras costumbres a la temperatura. Es sencillo:
Durante el día las persianas, cortinas y ventanas deben estar cerradas a cal y canto. Deja pasar la luz imprescindible que necesites para tus tareas.
Durante las horas de sol, permanece en casa o en lugares acondicionados. Si te resulta posible, echa una buena siesta.
Cuando se haya hecho de noche, abre persianas, cortinas y ventanas (si consideras que fuera está más fresco que dentro, si no, abre lo mínimo para ventilar la casa).
Aprovecha para salir a pasear por la noche. Y si has dormido la siesta y trabajas en casa, puedes aprovechar unas horas para trabajar.
7. SIEMPRE PUEDE SER PEOR
En los países nórdicos no dejan de tomar saunas en verano. Como sabes, el ritual de la sauna consiste en encerrarse en un espacio de calor eso a 80-90 ºC de temperatura y luego tomar una ducha fría. Si tu salud es buena, también puedes hacerlo en verano y te ayudará a adaptar tu organismo a cualquier temperatura.